22 mayo 2007

UNA LÍNEA SIN SENTIDO






UNA LÍNEA SIN SENTIDO

Miro hacia el cielo y no encuentro horizonte alguno, pues no hay nubes ni estrellas, sólo ese azul cerúleo que está por encima de todo. No sé qué pensarán las aves que lo surcan, pues yo sólo respiro con los pies sobre la tierra mirando al horizonte que también me mira. De nada sirve creer que lo finito lo marca una línea, pues está comprobado que la línea se mueve o se traspasa. En el cielo no hay límites, tampoco en la tierra, sólo están en la mente del hombre que atenta contra las leyes de la naturaleza.

La libertad tiene horizontes que traspasar, líneas que cruzar, para ser tan extensa como el cielo.



HORIZONTES PERDIDOS

El horizonte no es, como parece, una línea recta en la distancia, pues es un círculo que nos rodea; de ello te das cuenta al girar sobre ti mismo en medio del océano o en la soledad del desierto; allí se deja apreciar, en él, la curvatura de la Tierra. De cualquier manera, es una señal engañosa que cambia sin parar y que es tan diversa como el infinito, todo depende de nuestro movimiento y situación, del ángulo de la mirada, de cómo la intensidad de la luz incide sobre él. En las ciudades el horizonte se pierde entre el hormigón, hay que salir de ellas para apreciarlo; el hombre citadino ya no se da cuenta de estas cosas ni mira al cielo en las noches para ver las estrellas; el hombre de ahora se apartó de la naturaleza para crear un mundo fuera de ella, sin horizontes circulares que mirar.

Son un total de siete historias DE LOS HORIZONTES que puedes seguir leyendo en:
http://www.pablopaniagua.blogspot.com/
LITERATURA WEB: Palabras fractales

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